sábado, 7 de marzo de 2015

Madrid en cuatro fotos (II)

Continuamos la serie con cuatro imágenes de uno de los fotógrafos más unidos a la vida madrileña de la primera mitad del siglo XX: Alfonso.

Alfonso Sánchez García, popularmente conocido solo por su nombre de pila, comenzó trabajando con Manuel Compañy, titular de uno de los más importantes estudios de Madrid en el todavía nuevo arte de la fotografía. Pronto (parece que en 1910, pese a que hay quien cita 1918 como su fecha de comienzo), Alfonso abrió el suyo propio, también en la calle de Fuencarral (allí estaba el de Compañy), concretamente, en el número 6. Hoy una placa del Círculo de Bellas Artes, colocada en la fachada del actual número 4, nos indica que allí estuvo, por lo que hay que suponer que el cambio de número se debió a la nueva numeración de la calle, motivada por la construcción de la Gran Vía.

Placa en Fuencarral 4
El estudio, en el que también trabajaron sus tres hijos (Alfonso, Luis y José Sánchez Portela), permaneció en la calle de Fuencarral hasta que, después de su destrucción parcial durante la guerra, en agosto de 1939 abrieron el nuevo de la Gran Vía, en el que se expusieron muchos de los retratos de personajes famosos realizados por Alfonso. Entre sus hijos fue 'Alfonsito' (Alfonso Sánchez Portela) quien más destacó en el oficio de su padre y nos dejó una extraordinaria crónica gráfica de los azarosos años de la década de 1930.




Calle de Alcalá (1920)
Empezamos por recoger una fantástica instantánea, que fue realizada en 1920 y en la que se nos muestra el primer tramo de la calle de Alcalá, en el que conviven tranvías eléctricos con una mezcla de modernos automóviles y tradicionales coches de caballos. Una fotografía que refleja la realidad cambiante de una época en la que el transporte madrileño estaba sufriendo la más importante de sus transformaciones (no hay que olvidar que el Metro estaba recién inaugurado).

En primer término, justo a la izquierda, vemos el hotel Regina (que todavía existe), con su conocido y popular café en la planta baja. Un poco más lejos, en el centro de la imagen (esquina a Peligros), vemos el toldo del que fue el más famoso de Madrid, el Café Fornos, ya en esa época en declive y convertido en sala de juego y cabaret, bajo el nombre de Fornos Palace.
En la misma acera, tras cruzar la calle Peligros, aparece la fachada del convento de las Calatravas, que todos bien conocemos.


Dirigible volando sobre Madrid (1930)
Continuamos con un documento de características excepcionales. Se trata de la fotografía, captada por el siempre atento objetivo de la cámara de Alfonso en 1930, del vuelo de un dirigible sobre el centro de Madrid.

Está tomada desde una terraza del nuevo edificio de la Telefónica, justo en la esquina con Fuencarral y frente al propio estudio de Alfonso.
Por el poco tráfico que se ve en la Gran Vía, hay que suponer que está tomada un domingo o día festivo, ya que en esa época, el centro de Madrid ya presentaba un importante movimiento de vehículos. La mayoría de los edificios que podemos observar en la foto son los mismos que hoy existen. Al fondo, el parque del Retiro y en la esquina inferior izquierda, la cúpula del Círculo de la Unión Mercantil e Industrial.








Modistillas en la Gran Vía (1933)
La tercera imagen es una de las más clásicas del gran Alfonso, que sobresalía en el arte de reflejar momentos vivos de nuestra ciudad, prestando especial atención a sus personajes en plena actividad, integrados en un escenario urbano en pleno desarrollo.

Aquí vemos un grupo de modistillas, en mitad de la Gran Vía (a la izquierda los desaparecidos Almacenes Rodríguez y, a la derecha, la casa Murga y la Telefónica).
Las modistillas, alegres y ataviadas con los tradicionales mantones, solicitan la intervención de San Antonio para conseguir un buen novio... aunque, en la fotografía, ya aparecen algunos posibles candidatos, también muy elegantes, por cierto
Doy por hecho que se trata del mismo día de San Antonio (el 13 de junio de 1933), por la mañana. Seguro que esa tarde todos, modistillas y pretendientes, acabarían en la verbena.


Antonio Machado en el Café de las Salesas
Por último, uniendo en ella personajes y cafés de la época, una foto dividida en dos.
La parte más conocida es la del retrato de Antonio Machado que, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los más reproducidos del gran poeta sevillano. 
Está tomada en otro café de los años treinta, el de las Salesas. Menos famoso que otros de su tiempo, pero muy frecuentado por quienes se movían, por unos u otros motivos, en los alrededores del Palacio de Justicia, el local estaba situado justo frente a la iglesia de Santa Bárbara, en la esquina con la actual calle Conde de Xiquena.
Se realizó con motivo de la entrevista que el 8 de diciembre de 1933 le hizo la conocida periodista Rosario del Olmo para el periódico 'La Libertad', que fue publicada el siguiente 12 de enero. 






Fotografía original (Braulio, Machado y Del Olmo)



En la fotografía original que, según parece, solo fue publicada con motivo de la entrevista, podemos ver al poeta, a la periodista y al camarero Braulio, reflejado en uno de los numerosos espejos que decoraban las paredes del café. Junto a la cabeza de Braulio vemos, con claridad, la fecha en el calendario.
Antonio Machado, que moriría en Colliure (Francia) el 22 de febrero de 1939, tenía entonces cincuenta y ocho años y llevaba menos de dos residiendo en Madrid, tras el periplo de traslados al que se vio sometido durante el desempeño de su función académica.



Es imposible resumir en cuatro imágenes el gigantesco trabajo del estudio de Alfonso, que fue adquirido por el Ministerio de Cultura en 1992 y que ha sido objeto de múltiples exposiciones y publicaciones en los últimos años. Ya es, por tanto, patrimonio de todos. 

Gracias, Alfonso.






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